Pues aquí estamos! Con un poco de penita por dejar las Maldivas pero con muchas ganas de recorrer Sri Lanka, y no lo haremos solos!
Aterrizamos al aeropuerto de Colombo y parece que hayamos cambiado de continente! Guiris por todos lados, ordenadores gratis para usar internet, todo súper moderno... donde esta la locura asiática?
Luego nos daríamos cuenta que estaba fuera...
Recogemos la SIM que regalan en el aeropuerto y directos en bus hasta Fort Colombo, aunque solo la pisamos para coger un tren nocturno que atraviese todo el país para llegar finalmente a Trincomalee. Las primeras horas en Sri Lanka prometen!
Echamos un ratejo agradable en la estación, charlando con gente de aqui, que en todo momento se comporta súper bien con nosotros, mientras esperamos nuestro tren. A las nueve llega puntual y buscamos nuestra butaca en tercera clase, y para nuestra sorpresa... se esta de lujo! Allí coincidimos con una pareja de chilenos que terminaron pasándose su parada, y con la que luego nos enterariamos sería la mánager del hotel donde nos alojamos... coincidencia? Señal del destino? Iker J. que pensaría de todo esto?
Llegamos a Trincomalee entre bostezos a las cinco de la mañana! Pero aquí no acaba el periplo, luego pillamos un tuctuc con la chica, ya si formalmente presentados (aunque con unas caritas que asustan) y nos vamos dirección a la playa de Nilaveli, a unos veinte km.
Aqui hemos pasado dos días a nuestro rollo. En esta costa del país ahora es temporada baja y no se ve mucho movimiento, así que la playa ha sido entera para nosotros. Eso si, ya entendemos porque es temporada baja, y es que sin esperartelo de repente te cae un chaparrón de tres minutos que te puede dejar fino... Menos mal que al día siguiente nos respetó la lluvia y pudimos explorar la zona a lomos de una motillo.
Ya se nos había olvidado la sensación de libertad que se tiene al recorrer las carreteras de un lugar a dos ruedas. La posibilidad de elegir el destino y cambiarlo sobre la marcha las veces que quieras, o meterte por callejuelas y parar en un sitio que jamas hubieras pensado que existiría, con gente que flipa al verte... o llegar al hotel después de pasar todo el día bajo el sol, quitarte la camiseta y verte a dos colores como si fueras una bandera, claro con el airecito no te das cuenta de que te estás achicharrando!
Pues de esta forma visitamos toda la carretera de la costa, pasando por Trincomalee, donde subimos a un templo dentro del fuerte, y mas adelante recorrimos su preciosa playa con su bonito entorno donde fuimos atacados por un ciervo enorme... menos mal que la moto reaccionó bien y pudimos salir ilesos. Jajaja!
Por el camino nos paramos en un templo hinduista enorme, donde justo en ese momento se celebraba una ceremonia que ponía los pelos de punta con los sonidos de las campanas, los tambores y las trompetas en forma de conchas marinas. Ah! También pudimos hacer sonar una de ellas y el sonido es ensordecedor! Aunque a Lety le costo pillarle el punto y dejara la concha llena de babas...
Conducimos hasta un puente y giramos a la izquierda antes de seguir guiados por el cartel de "Army Resort"... un Resort para la armada? Pues no nos quedo muy claro, pero si que había unas cabañitas al lado de la playa, y a parte de familias dándose un baño, estaba un grupo de chavales que tenían toda la pinta de pertenecer a alguna escuela militar. Y es que toda esta zona esta llena de bases militares, quizá debido a que fue uno de los sitios elegidos por los combatientes tamiles para establecerse.
![]()
Aunque acojona un poco ver una base cada pocos kilómetros y militares en sus perfectos uniformes aquí y allá, son gente muy abierta y sonriente.
Llegamos al hotel cansados y muertos de hambre, lo único que deseabamos era una ducha y un banquete... y voila! Nuestros deseos se cumplieron con un festín digno del capitán de la marina srilankesa! Nos pusimos como dos gorrinos!
Este ha sido nuestro primer paso por Sri Lanka y el único que haremos solos, un amiguito se nos une al grupo! Que ganas!
Aterrizamos al aeropuerto de Colombo y parece que hayamos cambiado de continente! Guiris por todos lados, ordenadores gratis para usar internet, todo súper moderno... donde esta la locura asiática?
Luego nos daríamos cuenta que estaba fuera...
Recogemos la SIM que regalan en el aeropuerto y directos en bus hasta Fort Colombo, aunque solo la pisamos para coger un tren nocturno que atraviese todo el país para llegar finalmente a Trincomalee. Las primeras horas en Sri Lanka prometen!
Echamos un ratejo agradable en la estación, charlando con gente de aqui, que en todo momento se comporta súper bien con nosotros, mientras esperamos nuestro tren. A las nueve llega puntual y buscamos nuestra butaca en tercera clase, y para nuestra sorpresa... se esta de lujo! Allí coincidimos con una pareja de chilenos que terminaron pasándose su parada, y con la que luego nos enterariamos sería la mánager del hotel donde nos alojamos... coincidencia? Señal del destino? Iker J. que pensaría de todo esto?
![]() |
HUMITO PARA DARLE UN TOQUE DE MISTERIO AL ASUNTO... |
Pues de esta forma visitamos toda la carretera de la costa, pasando por Trincomalee, donde subimos a un templo dentro del fuerte, y mas adelante recorrimos su preciosa playa con su bonito entorno donde fuimos atacados por un ciervo enorme... menos mal que la moto reaccionó bien y pudimos salir ilesos. Jajaja!
![]() |
EL BUENO |
![]() |
EL MALOTE |
Por el camino nos paramos en un templo hinduista enorme, donde justo en ese momento se celebraba una ceremonia que ponía los pelos de punta con los sonidos de las campanas, los tambores y las trompetas en forma de conchas marinas. Ah! También pudimos hacer sonar una de ellas y el sonido es ensordecedor! Aunque a Lety le costo pillarle el punto y dejara la concha llena de babas...
Conducimos hasta un puente y giramos a la izquierda antes de seguir guiados por el cartel de "Army Resort"... un Resort para la armada? Pues no nos quedo muy claro, pero si que había unas cabañitas al lado de la playa, y a parte de familias dándose un baño, estaba un grupo de chavales que tenían toda la pinta de pertenecer a alguna escuela militar. Y es que toda esta zona esta llena de bases militares, quizá debido a que fue uno de los sitios elegidos por los combatientes tamiles para establecerse.

Aunque acojona un poco ver una base cada pocos kilómetros y militares en sus perfectos uniformes aquí y allá, son gente muy abierta y sonriente.
Llegamos al hotel cansados y muertos de hambre, lo único que deseabamos era una ducha y un banquete... y voila! Nuestros deseos se cumplieron con un festín digno del capitán de la marina srilankesa! Nos pusimos como dos gorrinos!
Este ha sido nuestro primer paso por Sri Lanka y el único que haremos solos, un amiguito se nos une al grupo! Que ganas!