Tras levantarnos rodeados de furgonetas y algún que otro weka curioso que merodeaba en busca de algo que comer, comenzamos lo que sería el último coast to coast de nuestro viaje por Nueva Zelanda: nos esperaba el Arthur´s Pass.
![]()
El Arthur´s Pass es un puerto de montaña de los Alpes Neozelandeses situado a unos 920 metros de altura. Lo que destaca es, obviamente, su paisaje: picos nevados intercalados con llanuras amarillas, rios helados y azules que dejan paso a miradores que quitan el hipo.
![]()
![]()
![]()
![]()
![]()
![]()
Y de repente ellos: una colonia de keas, el papagallo alpino típico de esta zona de Nueva Zelanda! Por fin pudimos verlos y ellos encantados de posar para nuestra camara y sobretodo de poder mordisquear los neumaticos y las gomas de los limpiaparabrisas! Estos pájaros tienen la fama de ser super inteligentes, son curiosos y amigables (ojo a no darles comida, que está prohibido!). La verdad es que son muy bonitos, con el plumaje verde oliva y la barriguita rojo-naranja, Rober pudo acariciarle el pico a uno aunque se la jugo: un picotazo y adiós dedo jeje, suerte que son herbiboros y a la carne española prefieren bayas y raíces...
![]()
![]()
![]()
![]()
![]()
![]()
Tras despedirnos de nuestros nuevos amigos (y antes de que nos destrozaran el coche) seguimos nuestro viaje encontrandonos pronto una nueva sopresa: un asentamento con mi apellido, bueno con parte de mi apellido, pero me hizo igual de ilusión y como una turista japonesa cualquiera me saqué mil fotos.
![]()
Ahora sí, llegaba la hora de descansar y qué mejor lugar para pasar la noche que a orilla de un lago? Aquí tras una cenita a base de sopa istantanea no muy lujuosa pudimos ver, otra vez, la Vía Lactea (el cielo de Nueva Zelanda es una de las cosas que más vamos a echar de este bonito pais).
El Arthur´s Pass es un puerto de montaña de los Alpes Neozelandeses situado a unos 920 metros de altura. Lo que destaca es, obviamente, su paisaje: picos nevados intercalados con llanuras amarillas, rios helados y azules que dejan paso a miradores que quitan el hipo.
Y de repente ellos: una colonia de keas, el papagallo alpino típico de esta zona de Nueva Zelanda! Por fin pudimos verlos y ellos encantados de posar para nuestra camara y sobretodo de poder mordisquear los neumaticos y las gomas de los limpiaparabrisas! Estos pájaros tienen la fama de ser super inteligentes, son curiosos y amigables (ojo a no darles comida, que está prohibido!). La verdad es que son muy bonitos, con el plumaje verde oliva y la barriguita rojo-naranja, Rober pudo acariciarle el pico a uno aunque se la jugo: un picotazo y adiós dedo jeje, suerte que son herbiboros y a la carne española prefieren bayas y raíces...
Tras despedirnos de nuestros nuevos amigos (y antes de que nos destrozaran el coche) seguimos nuestro viaje encontrandonos pronto una nueva sopresa: un asentamento con mi apellido, bueno con parte de mi apellido, pero me hizo igual de ilusión y como una turista japonesa cualquiera me saqué mil fotos.
Ahora sí, llegaba la hora de descansar y qué mejor lugar para pasar la noche que a orilla de un lago? Aquí tras una cenita a base de sopa istantanea no muy lujuosa pudimos ver, otra vez, la Vía Lactea (el cielo de Nueva Zelanda es una de las cosas que más vamos a echar de este bonito pais).
El despertar fue mágico, por lo menos esto dice Rober que madrugó y pudo ver como el lago se había transformado en un enorme espejo... yo seguía soñando keas que nos destrozaban el coche.
Tras el desayuno pusimos rumbo hacia la ciudad que será nuestra ultima casa neozelandesa, Christchurch, aunque antes hay que hacer una parada golosa... Springfield, el hermano wiki del pueblo del mismisimo Homer Simpson, y claro, en su honor nos sacamos unas cuantas fotos con un donut gigante!
Donde dormir: hay varios campings gratuitos a lo largo del Arthur's Pass, nosotros hicimos noche en el del lago Person (Moana Rua Campsite), con un baño non flush pero en un entorno muy bonito.